Envasadas por el frevo, las multitudes disfrutan los cinco días de jolgorio de una de las fiestas populares más famosas de Brasil
Pensar en el Carnaval de Recife y de Olinda es pensar en alegría. Durante los cinco días de fiesta, las multitudes animadas cantan y bailan frevo y maracatu (dos estilos musicales característicos de la región) por las calles y pendientes de las ciudades, en una celebración que une el tradicionalismo de las fiestas populares con la modernidad traída por el público joven.
El Carnaval de las principales ciudades de Pernambuco es multifacético, con diferentes formas de celebraciones callejeras, desfiles de escuelas carnavalescas y presentaciones de cantantes y conjuntos musicales en palanques. Por este motivo, la fiesta ganó el nombre de Carnaval Multicultural, ya que tiene un tinte popular y representa las diferentes manifestaciones culturales típicas del Estado.
Totalmente descentralizado, con polos esparcidos por toda la ciudad, la fiesta lleva posibilidades iguales de diversión, confort, seguridad y ocio para todos. Son espectáculos gratuitos y de alta calidad, tanto en presentaciones de escuelas carnavalescas como en los shows realizados en los escenarios con artistas y orquestas.
El evento es considerado el más democrático del mundo, ya que las personas no necesitan pagar para juguetear. Solamente son necesarias ganas, alegría y mucha disposición para divertirse.
Principales atracciones
El carnaval multicultural de Recife se esparce por toda la ciudad, con músicas y bailes para todos los gustos. Son 17 polos oficiales: 8 en el Centro y 9 esparcidos por los barrios de la ciudad. Las personas son envasadas por las músicas de orquestas, como la Spok Frevo Orquestra y la Orquestra Popular do Recife y de bloques carnavalescos.
Entre los principales bloques callejeros está el Gallo de la Madrugada, el mayor del mundo. Creado en 1978, él desfila en la madrugada de sábado, dando inicio a los festejos que van a tomar cuenta de la ciudad los días siguientes. El bloque reúne más de dos millones de juerguistas que, disfrazados, bailan al sonido del frevo, ayudando a mantener viva la tradición del carnaval callejero.
En la ciudad de Olinda, a sólo siete kilómetros de Recife, las multitudes ocupan las pendientes, y no hay un momento del día o de la noche que no sea marcado por la animación de los que participan del Carnaval en la ciudad. Los desfiles de muñecos gigantes son una de las principales atracciones. Con pºresencia garantizada en los bloques carnavalescos, ellos están en todas partes y esparcen la alegría del carnaval por las pendientes. Las piezas tienen cerca de tres metros y medio de altura y muestran personas con trazos exagerados, celebridades, animales y diablos, entre otros.
El primer muñeco del Carnaval de Olinda fue el Homem da Meia-Noite (en español Hombre de la Medianoche), creado en 1932, y es hasta hoy uno de los principales personajes de la fiesta en la ciudad. Él da inicio a los festejos a la medianoche de sábado. Inspirados en el personaje, se creó en 1967 la Mulher do Dia (en español Mujer del Día). De la boda de los dos surgieron otros muñecos: o menino e a menina da tarde (en español el niño y la niña de la tarde), que también se hicieron íconos de la fiesta en Olinda.
Además del frevo y del maracatu, los ritmos más conocidos, las personas bailan al ritmo del afoxé y del samba. Las músicas y bailes folclóricas típicas del Nordeste brasileño también forman parte del Carnaval de Recife y Olinda. La atmósfera de alegría envuelve todos los participantes, haciendo de él un evento para brasileños y extranjeros que comparecen a uno de los eventos más populares y democráticos del planeta.
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