El país ofrece diferentes
destinos románticos para disfrutar de a dos
Playas
paradisíacas, sol, mar y brisa tropical componen el escenario romántico
perfecto para las parejas enamoradas. Para quien ya ha encontrado a la pareja
ideal, pero aún busca un lugar especial para viajar, el Instituto Brasileño de
Turismo (Embratur) propone Barra de São Miguel, Cabo de Santo
Agostinho, Ilhabela, Paraty, Fernando de Noronha, Natal y Porto de Galinhas como
destinos inolvidables para disfrutar en pareja.
Las piscinas naturales de la Barra de San Miguel
Ubicada
a 35 kilómetros al sur de Maceió,
este espectacular balneario turístico, uno de los más visitados del Estado de
Alagoas, invita a disfrutar de sus paradisíacas y encantadoras playas. Las
mismas cuentan con arrecifes de coral y maravillosas piscinas naturales de
diferentes dimensiones, un contexto ideal para disfrutar acompañado de un gran
amor.
Asimismo, la Barra de San
Miguel ofrece una excelente infraestructura turística, donde se
destacan los exclusivos hoteles y restaurantes de primer nivel. Como
excursiones de gran interés turístico se sugieren visitar la Iglesia de
Santana, el río Niquim y el lago Niquim.
Relax en Cabo do Santo Agostinho
Si
el objetivo es conseguir un relajamiento total en playas paradisíacas, con
aguas de color de esmeralda, rodeados por cocotales y Mata Atlántica, el Cabo
de Santo Agostinho es la mejor opción.
La
región posee cerca de 24 km de las playas más bonitas del litoral del Estado de
Pernambuco. En ellas es posible bucear, tomar sol en blancas arenas e inclusive
se puede practicar el surf.
También
se encuentra diversas opciones en hoteles y posadas que garantizan una óptima
estadía y un buen motivo para relajarse.
Entre
los atractivos turísticos del lugar, se destacan:
- Calhetas: Pequeña
playa rodeada por cocoteros y vestigios de la mata atlántica. Posee aguas
tibias y transparentes con arenas blancas. En el pasado sirvió como puerto
seguro para las tropas portuguesas y holandesas.
- Gaibu: En
tupi-guarani Aybu, significa Valle del Ojo De Agua. En el pasado servía
como puerto negrero. Posee arenas blancas, aguas claras y tibias, piscinas
naturales y áreas para la práctica de surf. Está localizada entre las
playas de Enseada dos Corais y Calhetas.
- Pedra do
Xeréu: Hermoso atractivo natural formado por rocas negras de
origen volcánico que otorgan un aspecto bien original. Montes y matas
forman parte del paisaje además de las aguas tibias y cristalinas,
excelentes para el baño de mar y la pesca. Se ubica entre las playas de
Itapuama y Enseada dos Corais.
Ilhabela, ideal para los deportes
El litoral de Ilhabela, localizada en el estado de São Paulo, posee
playas deslumbrantes, que encantan a los turistas y son propicias para la
práctica de deportes como el surf, la vela y el buceo.
Las playas son divididas por regiones Norte, Este y Sur, además de
aquellas localizadas en el centro de la ciudad. En cada una de ellas, existen
opciones para descanso, práctica de deportes y contacto con la naturaleza.
El centro de Ilhabela comprende las playas de Perequê – una de las más
grandes de la isla-, Playa del Itaguaçu, Playa del Itaquanduba y del Ingeniero
D´agua, además de Puerta del Pequeá, Playa Saco de la Capela, de Santa Teresa y
Playa Saco de Indaiá. En la región Norte, quedan playas como Mercedes, Viana y
Armação. Ya en el Este, pueden ser vistas las playas del Pozo, de la Caveira,
Playa Mansa y de Figueira.
En las playas del Sur, los visitantes pueden explorar navíos
naufragados entre 30 y 100 metros de la costa, que hoy son habitados por
cardumes. Un ejemplo es el navío español Príncipe de Asturias, que naufragó rumbo
a Buenos Aires en 1913. En la región, también es posible conocer las riquezas
de la fauna y flora locales.
Paraty, a praia sonhada
Localizada en el estado de Río de Janeiro, Paraty es uno de los
lugares más bonitos del litoral brasileño, y tiene cerca de 50 playas. Las
aguas tranquilas y claras hacen la región ideal para paseos inolvidables y para
la práctica de deportes náuticos.
En algunas playas, como la Barra Grande del Corumbê y la Paraty Mirim,
es posible tener acceso en coche. La mayoría de ellas, sin embargo, sólo puede
ser visitada de barco, como es el caso de las playas del Baré, de la Barra
Grande y la Prainha. Estas playas son más alejadas del centro de la ciudad y,
por ser menos visitadas, tienen una naturaleza casi intacta y preservan mucho
de la ancestral cultura caiçara, con artesanía, culinaria y medios
tradicionales de subsistencia.
La Isla de Trindade es otro atractivo de la región. Situada a 30 km de
Paraty y dentro del área de Protección Ambiental de Cairuçu, posee bellísimas playas,
senderos y cascadas, que reciben a turistas de Brasil y del mundo. La Vila de
Trindade ofrece incontables opciones de hospedaje, compras y gastronomía, la
mayoría siguiendo el estilo rústico típico del lugar.
La variedad de playas de Brasil es inmensa, pero todas confluyen en un
elemento común: el calor humano. Sea cual sea la región visitada, quien viaje a
Brasil percibirá fácilmente que se trata de un país hospitalario y acogedor,
que recibe a todos con los brazos abiertos.
Fernando de Noronha
A 545 Km de Recife, Fernando de Noronha es un archipiélago compuesto
por 21 islas e islotes, que acoge playas de aguas cristalinas y una excelente
estructura hotelera y gastronómica.
Accesible por avión o barco, la distancia del continente ayuda en la
preservación de la naturaleza y contribuye a un clima romántico. Hasta 1982, la
isla funcionó como presidio y área militar. Sólo en la década del ‘90, la
región fue abierta al turismo, pero las restricciones para el traslado hasta el
archipiélago todavía mantienen la organización del lugar. Entre las medidas
adoptadas, el control restringe la pernoctación de solo 700 personas al mismo
tiempo. En 1988, el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y de Recursos
Renovables (IBAMA) transformó a esta región en Parque Nacional Marino. En 2001,
fue declarada por Unesco como Patrimonio Mundial Natural.
La preservación de distintas especies de animales también es una
constante en Noronha. Entre los innumerables paseos que combinan diversión y
conciencia ecológica está la visita al Proyecto Tamar, responsable por salvar a
miles de tortugas marinas todos los años. También es posible participar del
emocionante momento de la apertura de los nidos. Realizado entre los meses de
marzo y junio, en la Praia do Leão, esta actividad consiste en acompañar la
soltura de las crías y observarlas en dirección al mar. Generalmente se sueltan
50 animales por día, en un procedimiento gratuito y abierto al público. En el
Mirante dos Golfinhos (Delfines) es posible observar a estos encantadores animales,
que buscan la playa para descansar. Durante la noche, los delfines giradores
permanecen en alto mar, en busca de alimento. Por lo tanto, el alba es el mejor
horario para contemplarlos. El ritual cuenta además con la presencia de aves
marinas, que brindan un show aparte.
Las playas de agua transparente mantienen la naturaleza salvaje de la
región. Un buceo a dos para conocer la fauna y la flora marinas combina
originalidad y romanticismo en un paseo deslumbrante por el Océano Atlántico.
Entre las opciones que la isla ofrece, se destacan la Praia da Conceição,
Cacimba do Padre, Boldró, Baía dos Porcos y la Baía do Sancho.
Para una cena a luz de velas, el archipiélago también cuenta con una
red de restaurantes donde se puede saborear desde la culinaria regional más
sencilla hasta los platos más exquisitos, especialmente los frutos del mar.
Natal
Considerada la capital más tranquila de Brasil de acuerdo con una
investigación divulgada por el Instituto de Investigaciones Económicas
Aplicadas (IPEA) en marzo de 2005, Natal combina bellezas naturales con la
infraestructura necesaria para un inolvidable viaje a dos.
Los más de 400 km de Costa Atlántica de la capital de Rio Grande do
Norte brindan al turista playas con variados perfiles, desde las más salvajes
hasta las más urbanas, siempre con paisajes impresionantes.
Es prácticamente imposible resistir a las variadas opciones de comidas
típicas de la ciudad. Entre ellas están la carne
de sol, el baião de dois, la galinha cabidela y, de postre, la tapioca, que también puede ser un plato
salado, dependiendo del relleno.
Porto de Galinhas
Ubicada en el municipio de Ipojuca, litoral sur de Pernambuco, a 65 km
de Recife, brinda más de 18 kilómetros de playas de blanca arena, con aguas
transparentes y tibias, repletas de cocoteros y apartadas del ajetreo urbano.
Anualmente, este municipio recibe 500 mil turistas provenientes de varios
estados de Brasil, principalmente de São Paulo, Minas Gerais y del Distrito
Federal.
Son siete playas continuas, desde la Praia de Camboa, pasando por las
playas de Muro Alto, Cupe, Porto de Galinhas hasta llegar a Maracaípe y Pontal
de Maracaípe. Las piscinas naturales son inolvidables. Sus tibias aguas
(promedio de 28ºC) y cristalinas dan origen a verdaderos acuarios formados por
los bancos de corales. Este destino es ideal para un viaje de pareja.
La principal atracción de la región son las piscinas naturales
visitadas por miles de turistas anualmente. Entre los puntos históricos se
destaca el Convento de Santo Antônio, fundado en 1606 y declarado patrimonio
histórico nacional en 1937.
Porto de Galinhas posee aun una enorme red de hoteles de referencia
internacional y resorts que se comparan a los mejores del mundo, con
alojamientos tan cerca de las playas que, muchas veces, es posible dormir con
el sonido de las olas del mar.
La gastronomía local es bastante diversificada: varía desde los frutos
del mar hasta la pasta italiana, pasando por platillos con salsas de frutas y
raíces de la región que permiten probar este destino también a través del
paladar.