martes, 21 de agosto de 2012

Turismo comunitario, un modelo para el turismo del futuro


Este tipo de turismo posibilita, por medio de intercambios culturales, la gestión del territorio por las comunidades tradicionales.

Buenos Aires, Agosto 2012.- En 2008, 12 comunidades costeras de Ceará se juntaron para luchar contra la especulación inmobiliaria, defender sus territorios y organizar el turismo que deseaban tener en sus villas. Dicho movimiento ganó cuerpo y formó la Rede Tucum, una articulación con 13 comunidades de la costa que constituye una referencia en Turismo Comunitario en Brasil. En el mismo año, el Ministerio de Turismo creó el programa de Apoyo al Turismo de Base Comunitaria y, desde entonces, ya ha invertido más de R$10 millones en 42 proyectos aprobados para financiación.
Durante Rio +20, representantes de la red Tucum participaron en la discusión del documento “Turismo y Futuro”.  La moción defiende otro modelo de turismo, basado en la comunidad, con una lógica que se contrapone al modelo de desarrollo turístico-inmobiliario de la especulación financiera que amenaza el territorio de los pueblos tradicionales. Representantes del tercer sector y de las universidades federales  estuvieron presentes en el encuentro que consolidó la moción, entregada a ONU, junto con el documento político final de la Cúpula dos Povos, elaborado durante las Plenarias de Convergencia organizadas por ONGs y movimientos sociales.
Camila Garcia, representante de Terramar, una de las entidades que apoya institucionalmente a la Rede Tucum, habló acerca de la experiencia de la articulación y de la importancia que el Turismo Comunitario tiene para las poblaciones receptoras. “Este tipo de turismo posibilita, por medio de intercambios culturales, la gestión del territorio por las comunidades tradicionales, además de dinamizar las actividades productivas”, explicó Garcia.
La Rede Tucum permite al turista una experiencia única de contacto con la naturaleza y estilo de vida comunitario, dependiendo del destino elegido, el visitante acompaña el trabajo de los pescadores en alto mar, asimismo la pesca de las mujeres en los manglares y vive las manifestaciones artísticas y populares de la región. Por otro lado, se hospeda en hosterías comunitarias o en habitaciones dentro de la casa de pescadores y convive de cerca con la realidad local. Según Garcia, “el turista que visita estas comunidades es aquel que busca un intercambio cultural, busca vivir una experiencia distinta. De hecho el turismo comunitario ha transformado a las comunidades, hemos recibido a turistas de un nivel cualificado, puesto que la comunidad elige a los turistas que quiere recibir”.
Leandro Fontoura, uno de los creadores del Proyecto de Turismo Comunitario dentro de la Vila do Aventureiro, Ilha Grande (Rio de Janeiro), también estuvo presente en el evento. Para él, este tipo de turismo que parte de la iniciativa y organización de la propia comunidad es la alternativa para un turismo sostenible, que preserva el medio ambiente y a las poblaciones visitadas. O Aventureiro, una de las únicas villas todavía predominantemente aldeana dentro de la Ilha Grande es una Reserva Biológica con playas de color azul piscina, arenas blancas y casas sencillas. El turista sólo puede accederla en barco o por senderos y se hospeda en campings y en  casas de pescadores. Por la noche, los generadores se apagan y los visitantes pueden disfrutar de la luz de la luna reflejada en las aguas. “De esta manera, el turismo le brinda la oportunidad a la comunidad de desarrollarse sin tener que abandonar su territorio y su cultura”, concluye Fontoura.

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