Este tipo de turismo
posibilita, por medio de intercambios culturales, la gestión del territorio por
las comunidades tradicionales.
Buenos Aires, Agosto 2012.- En 2008, 12
comunidades costeras de Ceará se
juntaron para luchar contra la especulación inmobiliaria, defender sus territorios
y organizar el turismo que deseaban tener en sus villas. Dicho movimiento ganó
cuerpo y formó la Rede Tucum, una articulación
con 13 comunidades de la costa que constituye una referencia en Turismo
Comunitario en Brasil. En el mismo año, el Ministerio de Turismo creó el
programa de Apoyo al Turismo de Base Comunitaria y, desde entonces, ya ha invertido
más de R$10 millones en 42 proyectos aprobados para financiación.
Durante Rio +20, representantes de la red Tucum participaron en la discusión del
documento “Turismo y Futuro”. La moción
defiende otro modelo de turismo, basado en la comunidad, con una lógica que se
contrapone al modelo de desarrollo turístico-inmobiliario de la especulación
financiera que amenaza el territorio de los pueblos tradicionales.
Representantes del tercer sector y de las universidades federales estuvieron presentes en el encuentro que
consolidó la moción, entregada a ONU, junto con el documento político final de
la Cúpula dos Povos, elaborado
durante las Plenarias de Convergencia organizadas por ONGs y movimientos
sociales.
Camila Garcia, representante de Terramar, una
de las entidades que apoya institucionalmente a la Rede Tucum, habló acerca de la
experiencia de la articulación y de la importancia que el Turismo Comunitario tiene
para las poblaciones receptoras. “Este tipo de turismo posibilita, por medio de
intercambios culturales, la gestión del territorio por las comunidades
tradicionales, además de dinamizar las actividades productivas”, explicó
Garcia.
La Rede Tucum permite al turista una experiencia
única de contacto con la naturaleza y estilo de vida comunitario, dependiendo
del destino elegido, el visitante acompaña el trabajo de los pescadores en alto
mar, asimismo la pesca de las mujeres en los manglares y vive las manifestaciones
artísticas y populares de la región. Por otro lado, se hospeda en hosterías
comunitarias o en habitaciones dentro de la casa de pescadores y convive de cerca
con la realidad local. Según Garcia, “el turista que visita estas comunidades es
aquel que busca un intercambio cultural, busca vivir una experiencia distinta. De
hecho el turismo comunitario ha transformado a las comunidades, hemos recibido a
turistas de un nivel cualificado, puesto que la comunidad elige a los turistas
que quiere recibir”.
Leandro Fontoura, uno de los creadores del
Proyecto de Turismo Comunitario dentro de la Vila do Aventureiro, Ilha Grande (Rio de Janeiro), también estuvo
presente en el evento. Para él, este tipo de turismo que parte de la iniciativa
y organización de la propia comunidad es la alternativa para un turismo sostenible,
que preserva el medio ambiente y a las poblaciones visitadas. O Aventureiro, una de las únicas villas todavía
predominantemente aldeana dentro de la
Ilha Grande es una Reserva Biológica
con playas de color azul piscina, arenas blancas y casas sencillas. El turista sólo
puede accederla en barco o por senderos y se hospeda en campings y en casas de pescadores. Por la noche, los generadores
se apagan y los visitantes pueden disfrutar de la luz de la luna reflejada en
las aguas. “De esta manera, el turismo le brinda la oportunidad a la comunidad de
desarrollarse sin tener que abandonar su territorio y su cultura”, concluye
Fontoura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario