Los ecoturistas se verán cautivados por los atractivos
turísticos y ecológicos del destino.
De acuerdo con la Organización
Mundial de Turismo, el ecoturismo es la modalidad de turismo que más está
creciendo a nivel mundial, con tasas anuales entre el 15% y el 25%, en
comparación con el incremento del 7.5% del turismo convencional.
En Brasil, el escenario actual del
ecoturismo es muy promisorio. Considerando
las bellezas naturales del país y su diversa oferta de destinos, el Instituto
Brasileño de Turismo (EMBRATUR) presenta diferentes propuestas del Amazonas
para quienes buscan acercarse a la naturaleza, y, al mismo tiempo, prentenden
preservarla.
Diversidad para todos los gustos de ecoturistas
Electa recientemente como una de
las Siete Nuevas Maravillas Naturales del Mundo, la Floresta Amazónica tiene
mucho a ofrecer a los miles de turistas que visitan la región anualmente. Además de los itinerarios tradicionales que parten de
la ciudad de Manaus, el principal estado que abriga la floresta dispone de
opciones de turismo de aventura y ecoturismo aún poco conocidas, pero con gran
potencial.
Observación de aves, hospedaje en
hoteles en la selva y paseos de barco por los ríos Negro, Solimões y Amazonas
son los programas que tradicionalmente atraen a los turistas que buscan la
floresta. Sin embargo, el estado
del Amazonas abriga un abanico mucho más grande de posibilidades, compuesto por
locales de naturaleza exuberante y paisajes inigualables.
Las opciones fuera del eje de
Manaus son muchas, todas dentro del bioma amazónico y con alternativas de
ecoturismo y de turismo deportivo. Como las
ciudades son de pequeño porte, los hoteles y no son sofisticados, pero
mantienen un buen estándar de servicio. Se
puede llegar a las regiones, preferentemente, por la vía fluvial, pero en
algunos locales, es posible llegar en carreteras o aviones.
Entre las opciones menos conocidas,
pero igualmente encantadoras, está el paseo por las Reservas de Desarrollo Sostenible (RDS) en la Amazonia. En ellas, el visitante puede hacer sendas por la
floresta, paseos de barco y observación de animales, además de poder hospedarse
en hoteles flotantes localizados a los márgenes de los ríos.
Una de ellas es la Reserva de Mamirauá, localizada en el
municipio de Tefé, que está a más de 500 kilómetros de Manaus. Accesible por las vías aérea, terrestre y fluvial, la
reserva tiene área total de 1.124.000 hectáreas y existe desde 1996 para
proteger las regiones alagadas (también llamadas de “várzeas”) que resultan del
encuentro de los ríos Solimões y Japurá.
Otra reserva de desarrollo
sostenible es la de Piranhas, con
103 mil hectáreas de extensión. Localizada
al margen izquierdo del Río Solimões, queda en el municipio de Manacapuru,
alrededor de 100 kilómetros de Manaus, y es preferentemente accesible por
barco. Fue creada para proteger el rico y
delicado ecosistema de la “várzea”, promover el desarrollo sostenible y mejorar
la calidad de vida de las comunidades riberanas locales.
Si el objetivo es tener mayor
contacto con la selva amazónica, la mejor alternativa es el Parque del Jaú. Localizado a 220 kilómetros de Manaus, entre los
municipios de Nuevo Airão y Barcelos, este es el mayor Parque Nacional de
Brasil y el más grande del mundo en floresta tropical húmeda continua e
intacta.
En el parque, que tiene más de 2
millones de hectáreas de superficie, es posible apreciar una gran variedad de
ecosistemas amazónicos. Una de sus
peculiaridades es el hecho de ser la única Unidad de Conservación de Brasil que
protege totalmente la cuenca de un río extenso y voluminoso – el Río Jaú,
famoso por sus aguas negras.
El parque tiene acceso terrestre,
por medio de la carretera Manacapuru/ Nuevo Arião, fluvial, por el Río Negro, y
a través de hidroavión.
En la ciudad de Presidente Figueiredo, localizada a 107
kilómetros al norte de Manaus, es posible hacer diversos programas relacionados
al turismo ecológico y al turismo de aventura. La ciudad es adornada por rocas milenarias y por el
intenso verde de los árboles, lo que refuerza aún más la sensación de estarse
en un pequeño oasis en medio de la mayor floresta del mundo.
Conocida como la Tierra de las Cascadas – son, por lo
menos, 100 esparcidas por la ciudad – la región abriga, también, cuevas,
cavernas, áreas de selva y lagos de belleza incomparable. La mayoría de esos locales aún es poco visitada por
turistas, hecho que garantiza una mayor preservación natural. Presidente Fiqueiredo recibe frecuentemente visitantes
venidos de Manaus y, por eso, ya posee una buena infraestructura turística, con
pequeños hoteles, hostales y restaurantes regionales.
Amazonas es uno de los destinos que
ofrece Brasil a los turistas que aprecian los programas ecoturísticos y,
asimismo, dsifrutan la posibilidad de realizar paseos por diferentes
ecosistemas. Otros programas de
ecoturismo se encuentran en el Pantanal de Mato Grosso, el Parque Nacional de
Iguaçu (Paraná), Parque Nacional Marinho de Abrolhos (Bahia), Parque Nacional
de la Chapada dos Veadeiros (Goiás), Parque Nacional de Jericoacoara (Ceará),
la isla de Fernando de Noronha (Pernambuco) y la isla de Marajó (Pará).
Campaña
Pasaporte Verde
Brasil también busca un equilibrio
entre la conservación ambiental y el uso de los recursos en la actividad
turística adhiriéndose a campañas mundiales de preservación del medio ambiente,
como la Campaña Pasaporte Verde, una iniciativa global de Fuerza Tarea
Internacional para el Desarrollo del Turismo Sostenible (FTI-DTS, por sus
siglas en portugués), liderada por el gobierno francés. FTI-DTS es una
iniciativa voluntaria que cuenta con la participación de Brasil entre sus 20
países miembros.
El objetivo de la campaña es
estimular al turista a adoptar una actitud de consumo responsable, mostrando de
qué forma sus elecciones pueden ayudar a preservar el medio ambiente y mejorar
la calidad de vida de las personas en los destinos que visita.
Sustentabilidad
Para el Ministerio de Turismo de
Brasil, sustentabilidad es el concepto que orienta al Programa de
Regionalización del Turismo – Circuitos de Brasil: estimular el turismo
responsable, es decir, el turismo productivo desde el punto de vista económico;
y justo, desde el punto de vista social y correcto, desde el punto de vista
ambiental. No existe desarrollo turístico socialmente justo, ambientalmente
responsable y económicamente viable si no se adoptan los principios de
sustentabilidad, fundamental para la planificación turística nacional.
Tomando como base ese concepto, las
políticas públicas de turismo en Brasil promueven la estructuración y el
aprovechamiento consciente de los recursos naturales, y la preservación de la
integridad histórica y de la identidad cultural de los destinos turísticos
nacionales, incentivando las relaciones sustentables con el medio ambiente y la
gestión coordenada, integrada y descentralizada de la oferta turística. Así, se
contribuye a disminuir las desigualdades regionales y promover la inclusión
social.
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