miércoles, 3 de octubre de 2012

Ouro Preto, un viaje a la arquitectura barroca


Sus bienes culturales, compuestos por un Conjunto Arquitectónico y Urbanístico, fueron reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980

Brasil tiene, además de playas de ensueño y exuberante vegetación, verdaderas joyas arquitectónicas que sorprenden al mundo por su singularidad y detalle. Ouro Preto (Oro Negro) es una de ellas, enclavada en las montañas del estado de Minas Gerais. Esta ciudad, construida por esclavos y artistas inspirados en los modelos europeos que crearon un estilo distintivo nacional, posee el más grande conjunto de la arquitectura barroca de Brasil. Esto la hizo acreedora del título de Patrimonio Cultural de la Humanidad, concedido por la UNESCO en el año 1980, lo que ha permitido la preservación de uno de los más ricos conjuntos arquitectónicos del país. Pasear por sus laderas escarpadas, que aún mantienen su calzada original de piedras es, en realidad, hacer un viaje por el tiempo.

En cada rincón de Ouro Preto se respira el pasado, en las fachadas de las casas, en los balcones y puertas cuidadosamente tallados o en detalles como cerraduras que, coronadas por una cruz, simbolizaban la elevada clase social de sus moradores. Por toda la ciudad hay fuentes de agua, puentes de piedra, antiguas minas acondicionadas para el turismo, casonas y atractivos naturales.

Entre sus más destacados atractivos, cabe destacar la Plaza de Tiradentes, que abriga dos de los monumentos más fotografiados de la región: el Chafariz dos Contos, una preciosa fuente tallada en piedra y, a su lado, la Casa dos Contos, uno de los más bonitos palacios de la arquitectura colonial brasileña.

Entre su impactante propuesta de arquitectónica, la Iglesia de San Francisco de Asís, obra maestra construida en 1766, es un magnífico ejemplo del barroco minero y la obra prima de Antonio Francisco Lisboa, conocido mundialmente como “Aleijadinho” y considerado uno de los mayores representantes del estilo barroco en América Latina. Alberga obras pictóricas y escultóricas de la Época Colonial. Al visitar su interior la pintura del techo propone una admirable mezcla de colores, ángeles y santos con características originalmente brasileñas que lo diferenciaron de los cánones europeos. El altar principal también ofrece una grata sorpresa al descubrir que todas las figuras tienen un aspecto amable y expresivamente humano.

Tierra de riquezas y tradición, de bellos horizontes y paisajes deslumbrantes, Ouro Preto es un lugar donde la historia está al alcance del viajero, busque uno de los agentes de viajes 

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